Desde hace un tiempo para acá, se ha
observado una tendencia muy alta a la infidelidad, sobre todo en el
genero masculino, como siempre ha sido hasta hoy, los hombres y sus
exigentes hormonas (testosteronas), que se tornan cada vez más
insaciables, descontroladas y alocadas, deseos sexuales
extraordinarios, fantasías, sueños y las ganas de encarnas
aventuras pasionales jamás antes vividas, a pesar de tener en casa
una pareja amorosa, versátil dentro de lo normal, mujeres buenas
amantes, que saben llenar su cama, ellos suelen quedar con ganas de
un poco más, de algo distinto, que salga de los parámetros de una
rutina desgastada, algo que les produzca un mayor número emociones,
que los estremezca y les despierte sensaciones inusuales.
El hombre, desde sus inicios, siempre
ha probado la infidelidad, es un plato que se comen lentamente y del
cual gozan y saborean al máximo, el ambiente que se genera en dicha
situación, es para ellos algo insuperable, esa adrenalina, la
intensidad, ese temor a ser descubiertos, el poder disfrutar del
juego de lo prohibido, aporta en ellos un sin fin de emociones, de
aventura única, por ello, es muy común ver que los hombres buscan
hazañas fuera de casa, para atreverse a experimentar cosas que jamás
harían con su pareja, para drenar todo los que llevan por dentro,
para ellos practicar un encuentro lleno de placeres, sin tabúes, ni
limitaciones, ni restricciones que arruinen el momento, es una
experiencia que se sale del alcance de sus deseos, sencillamente un
escenario memorable.
Generalmente los hombres buscan
aventuras fuera de casa, cuando no encuentran esa pasión en su cama,
una mujer desinhibidas, caliente, creativas, que les brinde esos
momentos ardientes, llenos de erotismo, que le permitan disfrutar
plenamente de su sexualidad, y para estas ocasiones no ven candidatas
más idóneas que aquellas chicas liberales, que no tienen ningún
tipo de prejuicios, que entregan todo a la hora del sexo, desnudan su
mente y hacen realidades todos sus deseos, usualmente estas chicas no
están interesadas en buscar relaciones de parejas duraderas, más
bien aprovechan al máximo del encuentro, siendo ellas, sin
vergüenza, convirtiendo ese sublime instante en algo mágico,
dejando a estos hombres extasiados de placer, soñando con una
segunda cita, una relación que para nada buscara ocasionar algún
tipo de problema con su pareja, que jamás se enterara de lo
ocurrido, ya que ambos tienen los mismos deseo e interés de amarse,
disfrutar de ambos, llenarse de pasión, de una desbordada lujuria,
donde solo existen ellos dos y esa gran oportunidad que les brinda
esa aventura pasajera, pero por igual excitante renovadora e
inolvidable.